Continuando con el tema del envejecimiento
de la civilización occidental y la visión que al respecto nos dan Lewis Mumford
y Herman de Keyserling, cabe agregar que Mumford manifiesta un proceso de agostamiento
en Occidente, proceso que aunque no
implicaba la muerte de la era tecnológica, sin embargo, predecía que los
avances de ésta daban lugar a un aparente pero falso rejuvenecimiento, y que en
realidad acarrearían al mundo una edad oscura como similarmente sucedió en los
finales de la civilización greco-romana. Es más, Keyserling afirmaba asimismo que la inventiva técnica por sí
misma, y podríamos decir lo mismo de todo desarrollo puramente materialista, no
confiere a Occidente un auténtico poder, dado que éste en opinión de Mumford sólo es conferido por
la fuerza que emana de la integridad del alma humana, y no como ocurre con la puramente técnico,
que sólo es fruto de un intelecto exclusivamente pragmático.
Regresando una vez más a la época final de
Roma, nos dice Mumford en la ya citada obra,
cómo entre los contemporáneos de esa era moribunda, aun cuando sólo
valoraban y buscaban su propia seguridad,
se daba paradójicamente una suerte de ‘optimismo’ especialmente en las clases altas, para las
que siempre habría una Roma en la que los patricios permanecerían encumbrados ad-perpetuam. Por supuesto, aquella
visión de futuro y de optimismo de las clases altas romanas eran algo más
aparente que real, dado que ocurría en
medio de una decadencia apenas oculta por el oropel y la parafernalia imperial. Mumford da testimonio de este
estado de cosas al señalar cómo a pesar del supuesto orden de la pax romana y de aquel optimismo de las
clases altas romanas, había en verdad un clima de profunda decepción en el seno mismo de la opulenta sociedad
imperial. Quizás ello pueda explicar el que entre los primeros conversos del
cristianismo existieron no pocos que
provenían de los altos estratos sociales, hastiados y desengañados por una
civilización en pleno trance de descomposición.
A lo que hasta aquí se ha visto hay un aspecto crucial que cabe resaltar en esta
época final de Roma, como fue la pérdida definitiva de la escala humana en
casi todo orden de cosas. En efecto,
todo era colosal y las cosas materiales adquirían una clara preeminencia
sobre la realidad del ser humano. La vida cotidiana estaba cada vez más sujeta
a lo azaroso, a la compra de todo y de todos, al cohecho y a ese hartazgo sin
límites que plasmo Séneca en su bien conocida y terrible frase «vomunt ut edant, edunt ut vomant» (vomitan
para comer, comen para vomitar)[1].
La discusión sobre la diferencia entre cultura y civilización me es tremendamente interesante, en parte porque nunca me la había planteado.
ResponderEliminarUsando este enfoque, me gustaría preguntarte cómo ves la rivalidad entre China y los Estados Unidos, rivalidad que pienso yo será el hecho marcante de la segunda década del siglo XXI. Estados Unidos y China no son sólo dos economías enormes y con situaciones y objetivos muy diferentes, pero son además el paradigma de culturas y civilizaciones tan distintas que hasta diría son lo opuesto del uno y del otro.
A lo mejor, en alguna nota futura, puedes tocar el tema de la relación entre China y Estados Unidos y lo que ello puede significar para la evolución de la sociedad mundial en los años que vienen.
Un abrazo muy fuerte,
Israel Enrique
Tu comentario es muy interesante, trataré de darle una respuesta adecuada. Creo que Estados Unidos y con esa nacion el propio Occidente transitan hoy una etapa tardía de civilización, que a su vez deriva de la otrora cultura europea [desarrollada entre siglo XV y XVI con influencias de anterior milenio medieval]. El caso de China es muy diferente al haber conocido a través de milenios de sucesivos períodos de cultura, civilización y periodos de gran desorden como fue el Medioevo para Europa. Occidente debe mucho a los logros culturales y tecnologicos chinos [papel,imprenta, pólvora o brújula]. El interrogante hoy es si China que está pasando de un anterior período de desorden, modernizada a la fuerza por Mao y postriormente embarcada en el sistema capitalista por irradiación de Occidente: ¿va camino a una modernización propia conjuntamente con todo el Asia, o simplemente correrá a la larga la suerte de un Occidente decadente?
ResponderEliminarGracias mil por tu inteligente comentario, sigamos 'hablando' sobre todo esto. Me interesa mucho tu propia visión.
Un fuerte abrazo
Enrique