lunes, 26 de septiembre de 2011

MAS ALLA DE LOS PESIMISTAS Y LOS OPTIMISTAS

En la nota anterior[1] se hizo referencia a dos formas de interpretar el momento actual de la civilización occidental, en un caso,  y bajo la perspectiva de John Naisbitt y centrándose en los campos de lo económico, lo tecnológico y lo político, planteaba una perspectiva por demás optimista del mundo en la década de los ochenta del siglo pasado. En el caso de la perspectiva de Lester R. Brown, otros hechos de carácter problemático dentro de los mismos mencionados campos llevan a plantear una visión pesimista del mismo momento. Ambas interpretaciones dejaban abierto el  interrogante de si  la civilización occidental estaba en auge o en decadencia.

Pero podemos aquí referirnos a una tercera interpretación comprensiva de la optimista y la pesimista, posición que permite una mejor aproximación a los fenómenos que tan radicalmente están afectando a las sociedades postmodernas. Nos referimos a la que señala el conocido estudioso de la problemática social: Alvin Tofler[2], quien describe que las sociedades humanas a lo largo de la Historia, ha sufrido tres períodos o épocas de cambio que terminaron su profunda transformación, y a las que Tofler enumera respec­tivamente como la  ‘Primera Ola’ y que se refiere al desarrollo de una economía agraria, la ‘Segunda Ola’, que corresponde a la fase industrial en trance de terminar, si es que no ha termi­nado ya, y finalmente  la ‘Tercera Ola’ que es la que la Humani­dad está empezando a vivir.

Por supuesto, Tofler no sólo no desconoce la existencia de autén­ticos peligros como la aniquilación nuclear, los desastres de orden ecológi­co o la ola general de violencia que atraviesa el mundo, sino que incluso reconoce que cualquiera de ellos puede «alterar de forma catas­trófica la historia futura». A estos peligros, Tofler coincidiendo con Brown subraya el problema de la obsolescencia de los sistemas políticos actuales, factor que a su juicio constituye una de las más serias amenazas a la situación actual, porque es ahí donde hay menos imaginación y creativi­dad ante los problemas modernos, por ende, es donde se da menos posibilidades de plantear innovaciones fundamentales e impostergables, innovaciones verdaderamente cruciales si queremos retomar la línea de una ascensión  de progreso tanto material  como cualitativo en el devenir de la historia

Lo que es importante subrayar  es que la Tercera Ola de Tofler al extraer de la Historia ciertos signos claves en la evolución de los tiempos, plantea una perspectiva que recurre más a lo a lo cualitativo que a lo puramente cuantitativo, y es significativo cuando su autor nos dice que debemos liberarnos de juzgar la época actual como una de extravío colectivo ya que: «bajo el tumulto y el estrépito de acontecimientos aparentemente desprovistos de sentido yace una sorprendente pauta, potencialmente llena de esperanza.[...] La Terce­ra Ola se plantea para los que creen que la historia, lejos de concluir, no ha hecho sino empezar».

En otras palabras para Tofler la Humanidad se encuentra en el umbral de un nuevo amanecer en el ámbito universal y sin parangón en la historia, ya que  implica ni más ni menos el surgimiento de una nueva civilización  que se fundamentaría en una serie de nuevos paradigmas, los mismos que abarcarán desde consideraciones en el orden de lo económico y lo político, hasta estilos de vida verdaderamente inéditos y una vigorosa revalorización de los valores axiológicos.

Con los años este positivo vislumbre de Tofler esta siendo confirmado por los signos del tiempo  que iremos señalando en las próximas notas..



[1] DOS PERSPECTIVAS POLARIZADAS ANTE EL MOMENTO ACTUAL
[2]Alvin Tofler: LA TERCERA OLA  (1,980)

lunes, 19 de septiembre de 2011

DOS PERSPECTIVAS POLARIZADAS ANTE EL MOMENTO ACTUALh

Sin duda que la situación mundial actual se muestra entre ambigua y confusa pero no por eso menos angustiosa, ello a resultas de la agudización de problemas como la inestabilidad económica cada vez más preocupante o la escasez   mundial de alimentos y de fuentes de agua frente a la creciente población planetaria, el efecto invernadero en los cambios climáticos o la proliferación de la violencia en más de una forma en diversos órdenes de la realidad.
El grado de confusión actual, presente ya desde la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, dio lugar a dos grandes tendencias de opinión bastante polarizada, tendencias a las que podemos distinguir como la ‘optimista’ y la ‘pesimista’. En tal sentido cabe mencionar aquí a dos ensayos aparecidos entre tales décadas y que  encarnan cada una de aquellas dos tendencias, nos referimos  a los informes que sobre la situación mundial publicaron John Naisbitt  y Lester R. Brown , cada uno ejemplarizando respectivamente a la tendencia optimista y a la pesimista.
Naisbitt  centrándose en la realidad de los Estados Unidos aunque en cierto modo proyectando tal imagen al desarrollo mundial, resaltaba como factores decisivos los avances científicos y tecnológicos, el desarrollo de la economía y de las comunicaciones, el  creciente estándar de vida de la población y las cada vez mayores expectativas de salud y longevidad. Todo aquello conformaba según Naisbitt un proceso de auge no sólo norteamericano sino mundial que no tenía parangón en la historia. Esta visión tan afirmativa era también coincidente con el impacto que causó la publicación de Francis Fukuyama,  quien a raíz de la caída del Muro de Berlín y de la disolución de la Unión Soviética, exponía en su ensayo: El Fin de la Historia  que el mundo entraba a una era sin procedentes de progreso a modo de una suerte de cenit en la historia de la humanidad.
Brown a diferencia de Naisbitt proyecta decisivamente su perspectiva a nivel mundial haciendo referencia la la creciente impotencia del Estado-Nación  ante una serie de problemas a escala planetaria, problemas  como ya en ese entonces eran el aumento de la población mundial, la escasez de producción alimenticia, la inestabilidad y el desorden monetario o el problema de la droga-adicción.
Como puede apreciarse de aquellas dos visiones la optimista de Naisbitt ha quedado bastante desautorizada por el curso de los acontecimientos actuales a nivel planetario, sin embargo algunas de las mega-tendencias por él señaladas siguen aún en pie, ya que continúa el ritmo creciente de logros científicos, tecnológicos y en las comunicaciones, incluso se  ha mantenido el impulso hacia los sistemas democráticos de participación ciudadana. En el caso de Brown su perspectiva lamentablemente ha quedado por demás confirmada, ya que la realidad mundial engarzada dentro del proceso de globalización actual  revela un panorama cada vez más agudamente problemático, reto que impone a la humanidad encontrar nuevas soluciones realmente innovadoras.

Hasta lunes 26, Dios mediante

sábado, 3 de septiembre de 2011

¿ES QUE ESTAMOS ANTE UNA CRISIS MUNDIAL?

THE DECLINE AND FALL OF EUROPE  es el titular de un TIME[1] reciente, el cual se refiere a la actual coyuntura económica de la Unión Europea,  titular que termina con la breve aunque inquietante frase de: AND THE WEST, frase que   insinúa la idea de que la crisis  económica europea podría estar extendiéndose a todo el mundo occidental.
El artículo de TIME nos describe lo que está sucediendo en Europa, donde no sólo países menores como Grecia se debaten aún en una  crisis de default, sino que naciones más importantes como España e Italia estarían bordeando la misma situación, sucesos que amenazan con la estabilidad del euro  y la propia permanencia de la Unión Europea.
Pero si bien es más que preocupante la extensión de la crisis que señala el artículo que estamos comentando, debemos tomar en cuenta que además el mundo occidental y el propio ámbito planetario, asiste a la persistencia de otros problemas aún más severos que la propia crisis económica. Basta hacer referencia a algunos de éstos como son los cada vez más agudos  trastornos por los cambios climáticos y ecológicos, al flagelo colectivo de la drogadicción y la nefasta red de los cartels que las suministran, la amenaza permanente del terrorismo islámico, o el creciente número de poblaciones, sobre todo en Africa, diezmadas por la hambruna    y la enfermedad.
En otras palabras la convergencia de la crisis económica de Occidente  con los críticos procesos que acabamos de mencionar, lleva a la seria conclusión de que a lo que estamos asistiendo es a una verdadera conmoción mundial, cuya dramática severidad  podría acusar algún paralelo y quizás hasta superar en agudeza lo en su tiempo fue para el mundo grecorromano  la decadencia y ocaso del Imperio  Romano. 
Pero frente  a  perspectivas tan dramáticas hay que tener muy en cuenta que el término de las muchas culturas y civilizaciones antecesoras de la era actual, no significó ni el final de la historia ni ningún fin apocalíptico de los tiempos, ya que es un hecho que a lo que fenece le sigue siempre un nuevo orden cualitativamente superior ,
Pero surge entonces el serio interrogante: ¿qué hacer frente a los estremecimientos  de la hora actual?. Cabe comenzar por descartar la opción de una pasividad de un cruzarse de brazos, ya que contamos con un nivel sin parangón en la historia en los logros científicos y tecnológicos en general y en el conocimiento integral del hombre en sí, ingentes recursos con los que la humanidad puede ejercer un rol decisivo en optimizar el proceso de emergencia de la nueva era histórica que siga a la actual civilización occidental.
Cabe identificar dos tareas inmediatas que la humanidad debe acometer al máximo de su capacidad creadora; la primera se refiere a un amplio esfuerzo interdisciplinario para identificar los múltiples aspectos tanto positivos como negativos que caracterizan a la  civilización occidental, y con tan bagaje alcanzar una comprensión de lo que nos está sucediendo. La segunda surge de la primera, esto es emprender una verdadera cruzada que desde la actual generación y las que le sigan,  que permita adelantar y optimizar el alumbramiento del nuevo orden cultural que sucedería a la actual civilización occidental.
La humanidad hoy tiene el muy significativo privilegio inédito en la historia,  de poder cobrar conciencia de lo que está sucediendo en su propio tiempo  e ir encauzando la corriente de la historia hacia un sino por demás positivo.

Volveré el lunes 12, Dios mediante



[1] TiME del 22-08-2011