Los movimientos de protesta vistos en la nota anterior pueden dividirse secuencialmente en tres fases: la primera corresponde a las manifestaciones y conflictos ocurridas al interior de algunas naciones islámicas, la segunda correspondería a las protestas de los ‘indignados’ en Europa entre las que destaca el caso de España, y finalmente las manifestaciones que bajo el apelativo del ‘Occupy Wall Street’ se han dado en ciudades de los Estados Unidos para luego extenderse a otros países.
Si quisiéramos establecer una tipología que caracterizara en términos generales a tales tres fases, podríamos establecer que las ocurridas hasta ahora en el mundo árabe acusan una motivación de orden político, como es la remoción de regímenes dictatoriales enquistados varias decenas de años en algunos de tales países. También podría decirse que tales movilizaciones son realizadas por vastas mayorías ciudadanas heterogéneas y poco organizadas, que incluso en casos como ha sido el de Libia acusa un carácter tribal.
En el caso de los movimientos de los ‘Indignados’ la masiva presencia juvenil es por demás definida, orientándose la protesta contra el establishment político y el económico -especialmente contra las instituciones bancarias- , habiéndose dado casos en los que la protesta ha degenerado en actos de vandalismo y saqueo. Un caso aparte por su significado y singularidad resultan ser los ‘indignados’ de España por las razones que oportunamente veremos.
Finalmente el grupo ‘Occupy Wall Street’ viene constituido por manifestaciones callejeras poco numerosas y conformadas por ciudadanos de distintos estratos sociales, manifestándose la protesta en términos de abierta condena contra «[…] los políticos y las financieras para las que trabajan […]»
En adelante nos vamos a centrar en el caso de los ‘indignados’ europeos y de los ‘Occupy Wall Street’ por ser tales movimientos la manifestación de un gran descontento e indignación contra el establishment político y bancario.
Como ya se dijo las protestas que se están dando en el mundo musulmán, son un caso aparte respecto a los movimientos ocurridos en Europa y Estados Unidos, dado que su motivación es de índole política al ser verdaderas insurrecciones de masas ciudadanas contra el poder gobernante, por ende, en principio sus objetivos no conciernen directamente a la problemática del mundo occidental. Sin embargo, en determinado momento y dada la condición de ser movimientos de masas poco o nada cohesionadas, cabe la posibilidad de que la protesta sea finalmente encauzada por grupos extremistas altamente organizados, de modo que a la postre tales naciones musulmanas podrían caer bajo la órbita de un fundamentalismo religioso radicalmente opuesto al mundo Occidental.
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