lunes, 19 de diciembre de 2011

LEYENDO EL SIGNO DE LOS 'INDIGNADOS' [ I ]

Sin duda que vivimos tiempos en el que todo el maremágnum de noticias que nos invade día a día, suscita en nosotros   un cúmulo de interrogantes. Pero quizás lo que últimamente parece cobrar  creciente primacía en nuestra preocupación cotidiana, son los movimientos de protesta muy representativos de diferentes sociedades y que hoy con creciente persistencia van extendiéndose por todo el globo.

Las primeras noticias sobre tal fenómeno protestarlo si bien nos llamaban bastante la atención, no parecían tener mayor conexión e importancia en relación al mundo occidental. Nos referimos a verdaderas corrientes de protestas ciudadanas  masivas que iban recorriendo el mundo árabe, ayer iniciándose en Túnez y Egipto para luego seguir con un estado de verdadera insurrección civil en Libia y que hoy con un creciente número de víctimas se da en Siria.

Pero apenas terminábamos de enterarnos de tales desórdenes, cuando otros nuevos empezaron a impresionarnos y preocuparnos bastante más , se trataba ahora de movimientos de protesta típicamente juveniles que recorrían el escenario europeo y a los que pronto se les conoció como el movimiento de los ‘Indignados’, trepidación que yendo desde España fue extendiéndose a impensables países como Inglaterra, pero además pronto y a modo de una réplica de la trepidación, el movimiento saltó el Atlántico y las protestas ahora empezaron a aparecer en el propio Estados Unidos  desde saltaron a su vez a otros países incluyendo Asía y la propia América Latina, movilizaciones estas últimas que empezaron a conocerse con el nombre de ‘Occupy Wall Street’

Puede afirmarse como una apreciación general que hoy el mundo y el Occidental en particular, está viviendo una época  ̶ como así se ha dado con otras civilizaciones ̶ , que acusa cambios y problemas tan serios como crecientemente preocupantes, épocas que suelen predecir la entrada de las civilizaciones a un desarrollo tardío y de decadencia.

Partiendo de tal afirmación se impone por ello esforzarse en vislumbrar cómo serán los rasgos que distingan al nuevo orden de desarrollo que esté por reemplazar al actual mundo que conocemos. y en tal sentido en las notas que seguirán a ésta, nos esforzaremos en tratar de descodificar el sentido y las connotaciones de estos movimientos de protesta que en Occidente son claramente juveniles, un esfuerzo que también iremos intentando con otros sucesos y que bien podemos llamarlo como el proceso de ‘leer los signos del tiempo’. Obviamente como no existen bolas de cristal que nos permitan adivinar el futuro, ni tampoco contamos con famosos oráculos como el de Delfos en la época de los griegos, o el de Pachacamac en el Perú prehispánico, nuestros intentos serán necesariamente relativos en su alcance, sin embargo pretenden introducir elementos de juicio que ayuden a entender qué es  lo  que están tratando de decirnos y advertirnos los jóvenes de hoy de tantas partes del mundo.

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