En las dos notas anteriores se han descrito muy sucintamente los rasgos más relevantes de nuestras dos fuentes formativas; el humanismo neoescolástico y la tradición y el saber americano prehispánico, fuentes ambas que al converger en nuestro proceso afirmativo han hecho de éste un desarrollo complejo y difícil, pero por ello mismo de gran riqueza creativa y promisoria.
Si queremos constatar como han ido influyendo en nuestro desarrollo una y otra de esas dos fuentes, y comenzando con la influencia histórica del humanismo cristiano como legado hispano, basta ver dos ejemplos señeros: Miguel Grau, el Caballero de los mares, a quien la violencia de la contienda con Chile no le impidió el rasgo humanitario de remitir a la viuda de Arturo Prat la espada y pertenencias del marino abatido; y Francisco Bolognesi afrontando una situación aciaga con la serenidad y grandeza plasmada en esa frase suya de cumplir con su deber hasta ‘quemar hasta último cartucho’.
En tiempos más recientes al iniciarse la Revolución de Fidel Castro en Cuba, fue el Canciller peruano: Raúl Porras Barrenechea, quien en un singular gesto de hombría y dando la gran lección de respeto a la integridad política de los pueblos, se enfrentó al ukase norteamericano que en la Conferencia de San José de la OEA en 1,960 exigía el ostracismo de Cuba. Gesto altivo y señero el de un Porras enfermo y delicado de salud y que incluso fallecerá muy poco tiempo después.
En cuanto a la impronta de lo andino en el desarrollo del país basta mencionar lo que se ha denominado el proceso contemporáneo de ‘cholificación’ del Perú, proceso que se pone de manifiesto especialmente a partir de la década de los años cincuenta del siglo pasado, década en que se inicia una migración masiva del hombre andino a las ciudades de la costa. Las consecuencias de tal proceso al que José Matos Mar denominó el Desborde Popular de la realidad nacional peruana, tiene un sentido por demás positivo y creativo, basta señalar que tal proceso dio lugar a la emergencia de los actuales Conos que circundando Lima y las principales ciudades costeñas, son hoy un enjambre de dinamismo y progreso para vastos sectores descendientes de esos originales inmigrantes andinos, quienes al ver que la riqueza no venía a sus lares tomaron la decisión heroica de ir ellos hacia donde estaba el auge de la riqueza.
El milagro de cómo las otrora ‘barriadas’ de esteras y calaminas en nuestros arenales se transformaron en aquellos conos urbanos, es la mejor demostración de cómo la pujanza de lo andino y sus normas y valores comunitarios hizo posible tal milagro de creación en sólo unas décadas.
Hoy el Perú ostenta un record extraordinario de crecimiento que nos convierte en un país líder en América Latina, pero podemos decir que si bien aquello es el resultado de haberse mantenido el modelo económico de desarrollo desde finales de los años noventa, tal logro es también una manifestación evidente de que en todos los lares y estamentos del país, vivimos hoy todo un proceso de desarrollo social y de nuestra personalidad básica, proceso que obviamente aun está lejos de haber llegado a su plena madurez, pero que si evidencia el proceso histórico de una nación que está construyéndose desde sus propias bases sociales. Ello ocurre precisamente gracias a la convergencia de aquellas dos grandes fuentes formativas nuestras: el humanismo hispano y cristiano y la vieja cultura prehispánica.
Muy buenos estos ultimos tres articulos La influencia de la gente de la costa es clave tambien.
ResponderEliminarGuustavo: Estoy muy de acuerdo contigo, la influencia de la costa verdaderamente clave para entender nuestra forma de ser, además es a través de la cost, que e4s como nuestra ventana al exterior, donde más se dan las influencias que nos vienes de tantas otras culturas y que sin duda son valiosas.
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